Enfermedad arterial oclusiva de las extremidades

La enfermedad ateromatosa, es decir acumulación de placas de colesterol en las arterias, afecta también a la irrigación de las piernas. Los síntomas pueden ir desde molestias al caminar, hasta franco dolor que limita la caminata y, en casos severos, incluso aparece estado en reposo, producto del escaso flujo sanguíneo que llega a la extremidad. Si no se actúa pronto, se puede llegar a perder la extremidad por amputación.

Un estudio acabado y bien orientado permitirá aclarar el manejo. Actualmente existen técnicas mínimamente invasivas que pueden resolver el problema (ver Terapia Endovascular).

Si usted tiene dolor al caminar, es fumador, diabético y/o hipertenso, puede tener enfermedad arterial oclusiva en las piernas. Consulte a tiempo.

Este problema, como casi toda la patología arterial, tiene su origen en la estrechez y oclusión progresiva de las arterias de las piernas por factores como el cigarro (lejos el más dañino), hipertensión, diabetes y colesterol elevado. Si uno presenta más de uno de ellos, la posibilidad de padecer este problema es elevada. En general, se presenta mayoritariamente en hombres por sobre los 50 años.

El síntoma más importante es la llamada Claudicación intermitente, situación en la que el paciente describe aparición de dolor, principalmente en las pantorrillas, al caminar una cierta distancia, y que se le quita al estar en reposo (de allí que sea intermitente). Si no se trata a tiempo, la distancia que logra caminar sin dolor se va reduciendo y puede aparecer dolor incluso en reposo, lo que llamamos Isquemia crítica. Si no se resuelve a tiempo, hay riesgo de pérdida de la extremidad.

Las medidas preventivas principales son:

  1. No fumar (nunca es bueno fumar)
  2. Controlar las enfermedades de riesgo asociadas
  3. Hacer ejercicio físico regular